Viajar a los Juegos Olímpicos

¡País olímpico!

Una ciudad olímpica nunca volverá a ser la misma, da paso a un nuevo entorno, con nuevas gentes, tradiciones y costumbres. Si has viajado a algún lugar donde se celebraban las Olimpiadas, olvídalo, no has llegado a conocerlo realmente, porque cambia, y mucho, sobre todo la rutina de la ciudad, que se ve completamente afectada y el país da paso al nuevo y temporal país olímpico.

Se cambia todo el transporte público, se replantean las rutas, llegan las vacaciones para ayudar con la logística y la gente que vive allí acaba notando el cambio más que los turistas, que casi nunca están aquí.
Se están haciendo obras para acoger a los atletas y al mundo entero, muchas cosas están mejorando, el país entero está madurando y experimentando cambios que permanecerán en el alma, gente que nunca pensó que le gustaría el deporte se encuentra rodeada de energía, deportes de los que nunca habíamos oído hablar empiezan a tener cabida, los estadios pasan a formar parte del nuevo paisaje urbano, en resumen, ¡todo está cambiando!

Aquí en Río de Janeiro, muchos estaban en contra del gasto innecesario, ¡y yo también! Pero en realidad estoy en contra de la corrupción, si todo el dinero se invirtiera realmente en deporte, tendríamos un futuro brillante, estaríamos ganando vida y buenos hijos, gente que podría salir de abajo, familias que tendrían un hermoso futuro por delante, el deporte también es educación, es salud, es futuro, es esperanza, el deporte es vida, pero bueno, este no es un blog político, ¡es un blog de viajes! Veamos mi visión de la ciudad olímpica.

Ya visité Atenas y pisé el primer estadio de los Juegos Olímpicos modernos, desde entonces han cambiado muchas cosas, fui a Múnich y visité el estadio acuático donde Marks Spitz ganó las míticas 7 medallas de oro, respiro deporte, me apasiona la natación y elegí Educación Física como profesión, no hace falta decir que soy el mayor fan, ¿verdad?

¡Esta es nuestra segunda experiencia en las Olimpiadas, primero fuimos a Londres en 2012 y empezamos a ver la diferencia a medida que se acercaban los juegos, no llegamos a comprar ni a vivir los estadios llenos de hinchas animando, pero el ambiente en la calle ya era muy parecido, el territorio se vuelve internacional, diferentes idiomas por todas partes, la gente está más abierta a hacer amigos, siempre sonriente y feliz de estar allí participando en la fiesta!

Las estaciones de metro disponían de wi-fi, lo que nos ayudó mucho en aquel momento, había estatuas de mascotas por todas partes, ¡y el símbolo olímpico era una de las postales más famosas de Londres! La ciudad realmente respiraba Juegos Olímpicos.
En este caso, en Londres hasta el sol decidió acompañarnos, hubo días de sol abrasador y cielos azules, de hecho un escenario que no es común y todo el mundo dice que viví una ciudad completamente atípica.

Además de toda la preparación para recibir a los turistas, también hay lugares para que cada nación socialice, ¡con sus famosas casas! Por desgracia, en Londres no me di cuenta de este detalle, que marca la diferencia, pero aquí en Brasil lo estoy experimentando y me encanta, tengo la sensación de poder dar la vuelta al mundo en pocos días y conocer la cultura de muchos lugares en poco tiempo.
He visitado la casa holandesa, donde han hecho una mini Ámsterdam con unas fiestas increíbles, o la casa francesa, donde también hay grandes fiestas y se aprecia muy bien la cocina local, y donde puedes ponerte un poco nostálgico de París, con un mini tour por Eiffel y todo.
La Casa de Dinamarca vino a hacer las delicias de los más pequeños y trajo una piscina de Legos, ¡de la que bbpelomundo no quería salir por nada del mundo! Suiza también hizo felices a los niños con una pista de patinaje sobre hielo y una bola de nieve artificial. Alemania acudió con juegos, regalos y diversión para todas las edades, Jamaica con un montón de homenajes a uno de los mejores atletas de todos los tiempos, ¡Usaín Bolt! Historia, cultura, gastronomía y mucho reggae.

Cada país estuvo presente con un poco de su historia, cultura y gastronomía, es una pena no haber podido visitarlos todos, las olimpiadas podrían ser un mes entero, es una fiesta tan grande, ¡ya la estoy echando de menos!
El país olímpico es una licencia poética en la vida normal del país, con acontecimientos que nunca volverán, con alianzas que nunca haremos, con amigos que a menudo nunca volveremos a ver, con el mundo entero en casa, aunque esté a kilómetros de distancia, el país olímpico acoge al mundo entero, el país olímpico tiene la villa olímpica, poniendo al lado a países en disputa como amigos, el país olímpico es una tregua y trae la paz.

Fue aquí, en Brasil, donde pude experimentar más el espíritu olímpico y comprender realmente lo que son unas Olimpiadas, ese escalofrío y el agua en los ojos al ver a los atletas que han luchado tanto, tan cerca de nosotros y conquistando el sueño olímpico, al ver a la gente esperando un cambio, ¡al ver que el deporte transforma de verdad!

La historia detrás de cada medalla, ya sea por hambre, violencia, depresión, superación o ¡la fuerza de voluntad para hacer cualquier cosa! Para ver que el ser humano es capaz, muy capaz, de absolutamente todo, ¡sólo tiene que ir a por ello!
Ver niños reflejándose en el bien, queriendo ser ese Usain, o Phelps, ese De Deus, Isaquias Queiroz, Thiago Braz, Rafael Silva, Robson Conceição, Rafaela Silva, Mayra Aguiar, o Arthur Zanetti, siendo Thiago Pereira, que creyó en su sueño y se enfrentó al mítico Phelps, y recibió uno de los mayores regalos, el aplauso de toda una nación y el respeto de un hermoso competidor, que va más allá de sus límites, hace historia y nos enseña lo que es el espíritu olímpico.

Ser un país olímpico es mostrar a la nación que el país no sólo vive del fútbol, también pone en la historia el atletismo, el vale o el piragüismo, nos recuerda que tenemos grandes boxeadores, que la vela es buena, que el piragüismo no es sólo la canción del indiecito, que el judo también lo practican las niñas y que Brasil no tiene límites.

Los Juegos Olímpicos cambian por completo al país anfitrión, nos encontramos en otro lugar durante 20 días y cuando esos 20 días se van, algunos de esos cambios se quedan en nuestros corazones para siempre y espero que uno de ellos sea la importancia del deporte en nuestras vidas y demuestre que Brasil aún tiene mucho que mejorar y apoyar más a esta población que tiene a varios medallistas fuera por falta de estímulo.

Que venga Tokio, ¿pero conozco antes la ciudad para poder hacer también la comparación? Lol.
Pero antes de las próximas Olimpiadas, ¡tendré el placer de presenciar las Paralimpiadas! Un espectáculo que me llenará aún más los ojos de agua, que muestra superación sobre superación, una lección que se aplica a cualquiera, yo ya he asegurado mis entradas, ¿y tú?