Consejos para viajar con niños y convertirlo en la mejor experiencia de su vida
Viajar es una de las mejores experiencias de la vida. Te renuevas y rejuveneces. No sólo te llevas tus objetos personales y los recuerdos que compras en cada lugar que visitas. Pero la experiencia de otras culturas y los recuerdos no tienen precio. Viajar con niños, por tanto, es algo que produce una inmensa satisfacción. En primer lugar, porque no dejamos de hacer lo que tanto nos gusta: ponernos en camino. En segundo lugar, porque cada reacción deslumbrada de nuestros hijos nos produce una satisfacción inigualable.
Viajar con niños es muy posible. Pero tiene algunas limitaciones que hay que respetar. A pesar de su energía, tienen sus propios intereses. Y a menudo no pueden soportar un ritmo tan rápido. El cansancio aparece, y si no prestamos atención a esto, el estado de ánimo puede acabar entorpeciendo un programa realmente agradable.
Para ayudarle en la planificación, le sugerimos algunas medidas que pueden y deben tomarse para que el viaje sea inolvidable y esté lleno de momentos alegres. Estos son nuestros ocho consejos de oro para viajar con niños:

1. DEFINA EL ITINERARIO CON ANTELACIÓN E INTENTE INCLUIR PROGRAMAS QUE TAMBIÉN SEAN INTERESANTES PARA LOS NIÑOS.
Viajar es un verbo que se practica en distintas fases. La primera es la planificación. Nos pasamos días buscando información sobre itinerarios, alojamientos, vuelos, etc.
Incluir a los niños en esta planificación es algo que hacemos aquí y ha dado muy buenos resultados. Esto se debe a que participan en la elección de los programas que vamos a hacer juntos y toman conciencia de que habrá actividades distintas de las que ellos quieren hacer.
Por eso, cuando viajamos con niños, siempre intercalamos los programas de Mamá Fernanda con los elegidos por Felipe y Letícia. El viaje es una delicia y conseguimos complacer tanto a griegos como a troyanos.
Si tu hijo aún no tiene edad para hacer estas elecciones, opta tú mismo por algunos lugares. Busque lugares donde puedan divertirse, como plazas, parques, museos infantiles, heladerías, jugueterías, etcétera. Por no hablar de las playas: donde, además de hacer los famosos castillos, los más pequeños pueden quemar energías y divertirse en el mar.
Un buen guión planeado, ¡seguro que mantendrá entretenida a toda la familia!

2. PRESENTAR CORRECTAMENTE LA DOCUMENTACIÓN
Partidas de nacimiento, carnés de identidad, pasaportes y similares son documentos a los que siempre debemos prestar más atención antes de viajar con niños. Comprobar que son válidos y están en buen estado son medidas que pueden evitar muchos quebraderos de cabeza a la hora de viajar. Si se viaja al extranjero, asegurarse de obtener el visado a tiempo también es imprescindible.
Conviene recordar que algunos lugares del mundo exigen que las vacunas se tomen y se certifiquen en carnés internacionales, que pueden obtenerse en los centros de salud de su ciudad.
En el caso de mis pequeños, hubo un momento en que, como viajaba sola con los niños, llevé también el certificado de defunción de su padre, para evitar contratiempos a la hora de embarcar, ya que en algunos casos la autorización para viajar sola con el niño necesita ser autorizada por el padre. En sus nuevos pasaportes, pedí a la Policía Federal que hiciera constar el fallecimiento, y no fue necesario.
Para mayor seguridad, se recomienda hacer una copia de toda la documentación, incluidos vales y tarjetas de crédito que vaya a llevar, para que en caso de pérdida disponga de toda la información necesaria para protegerse. Confeccionar una carpeta o sobre con estas copias ayuda mucho a la organización para quienes quieran viajar con niños.
Y si pierde u olvida los documentos originales de su hijo mientras está en el país, acuda a la policía civil del aeropuerto, presente una denuncia y podrá embarcar con su hijo.
3. CONTRATAR UN SEGURO DE VIAJE
Desde mis primeros viajes internacionales, cuando era adolescente, suelo contratar un seguro de viaje. En muchos sitios es obligatorio, en otros no.
Aunque nunca he contratado un seguro (¡menos mal!), esta garantía me da mucha tranquilidad cuando viajo con los niños. Independientemente del destino, siempre contrato una póliza para los tres, ya que los dos somos muy activos por aquí.
4. IDENTIFICAR CORRECTAMENTE A LOS NIÑOS
Otra medida muy importante es identificar a los pequeños. Aquí siempre hacemos pulseritas para los dos. Ponemos su nombre, sus datos de contacto, la dirección de donde nos alojamos y toda la información necesaria por si perdemos nuestros tesoros.
Tenemos suerte de que nunca nos haya pasado nada parecido, pero no está de más prevenir, ¿verdad? Viajar con niños significa pensar siempre en medidas preventivas...
Como Felipe y Letícia ya son mayores, la pulsera funciona bien y se recomienda que incluso esté escrita en el idioma local. Hubo un tiempo en que jugaba a hacerles tatuajes a los dos: les escribía los dados en la barriga, porque era más lúdico y no les importaba tenerlos en el brazo.
Otra buena opción es identificarlos en la ropa que llevan, escribiendo o bordando los datos completos del niño.
5. BUSCAR UN BUEN ALOJAMIENTO

Cuando hablamos de un buen alojamiento, no pensamos necesariamente en hoteles lujosos. Cada familia y cada viaje tienen su propio presupuesto. Y esto también hay que tenerlo en cuenta a la hora de elegir alojamiento.
Los complejos turísticos son una gran opción para las familias que quieren disfrutar de las instalaciones del establecimiento, dejando que los niños correteen un poco más libremente con la ayuda de monitores. Sin embargo, debido a la comodidad que ofrece este tipo de alojamiento, muchas personas acaban perdiéndose la belleza y las atracciones de la zona local y se limitan a lo que ofrece el resort.
Los hoteles más pequeños y los albergues no sólo son interesantes si se quiere estar poco tiempo. Los costes más asequibles son también un gran atractivo. Recuerde que muchos ofrecen el confort necesario para dormir bien, una ducha refrescante y otras comodidades importantes para recuperar energías y seguir descubriendo su destino.
Alquilar pisos o casas también es una buena opción. Además de darnos más libertad con los niños, que pueden jugar más libremente, nos da mayor flexibilidad en cuanto a horarios, como el desayuno, por ejemplo.
A la hora de decidir qué alojamiento elegir, compruebe el motivo de su viaje, investigue bien y, una vez elegido, ¡aproveche al máximo su estancia!
6. BUSCA VUELOS CON MENOS ESCALAS Y CONEXIONES
Cuando eran bebés, Felipe y Letícia sufrían mucho durante el despegue y el aterrizaje a causa de la presión en los oídos. Cuando el capitán avisaba de esos momentos, yo les daba el pecho o, un poco más mayor, les llevaba un biberón de leche para que chuparan y aliviaran las molestias.
Hoy en día, siempre les llevo algo para que mastiquen, porque así se sienten menos mal.
Volar es algo que les encanta, pero cuando es demasiado largo acaban cansándose, aunque duerman en los asientos (¡y encima de mamá, claro!). Por eso, intentar reducir la duración del viaje disminuyendo las escalas y las conexiones puede ser una medida muy favorable.
Por supuesto, esto puede afectar al precio de los billetes, pero si se mira con antelación, es posible conciliar costes y tiempos de espera más cortos en tierra y en el vuelo.
7. TENER SIEMPRE A MANO ALIMENTOS Y LÍQUIDOS PARA QUE LOS MÁS PEQUEÑOS SE HIDRATEN
Agua, zumos, leche con chocolate... todo ello marca la diferencia a lo largo del viaje. Del mismo modo, la fruta y algunas galletas pueden ayudar cuando los niños tienen hambre y no hay un buen merendero o restaurante cerca.
Da preferencia a los alimentos sanos y, si el hotel no los proporciona, pásate por el supermercado a comprar un plátano, uvas o la fruta que prefiera tu pequeño.
Recuerda que, tanto si hace frío como si hace sol, mantener a los niños hidratados es esencial para que el viaje salga bien. Al fin y al cabo, nadie quiere disgustarse en mitad del viaje, ¿verdad?

8. LLEVAR LIBROS Y JUGUETES PEQUEÑOS PARA DISTRAER A LOS NIÑOS DURANTE EL VIAJE
En nuestra familia de tres, siempre nos alojamos en la misma habitación. Y eso a veces es un fastidio. Los dos se despiertan muy temprano y, normalmente, en vacaciones, me apetece dormir un poco más. Por eso los libros y los juguetes son una buena idea cuando se viaja con niños.
Estos objetos también resultan muy interesantes durante los vuelos y las esperas en los aeropuertos. Una distracción extra para los niños que ayuda a combatir la famosa ansiedad por viajar hacia y desde el aeropuerto.
Cuando son mayores, como los míos, el uso de tabletas y similares es interesante, pero sólo con moderación. Siempre establezco horarios en los que se pueden utilizar los dispositivos electrónicos, para no poner en peligro el disfrute del lugar que estamos visitando.
Una vez que hayas seguido los consejos de oro, ¡es hora de sacarle el máximo partido!
Buen viaje.
Estos son los deseos de @con niños de todo el mundo
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