Y llegó el último día del crucero, y con él los apretones... Me desperté no muy emocionada, pero tenía que levantarme
¡Me cambié de ropa y bajé a desayunar para disfrutar de la deliciosa comida! Comí mucho para despedirme de todo, ¡muchas tortitas y gofres con mantequilla y miel nhammm!
Última parada en la habitación, recoger las maletas y marcharse... pero ¿quién dijo que sería fácil marcharse?
Todo fue bien hasta que bajamos del crucero, pero aún era demasiado pronto y le pedimos que nos llevara al centro comercial para hacer nuestras últimas compras y luego al aeropuerto.
Todo iba bien, hasta que llegué al puente que lleva de Miami Beach al centro comercial...
NO ME LO PODÍA CREER, EL COCHE PARABA Y PARABA Y...
Es más, el taxista no hablaba inglés, e Igor estaba muy disgustado por ello, ya que todo lo que decía, incluso en su portunhol, el tipo no lo entendía, así que tuve que traducir.
Confieso que en ese momento pensé que era una estafa, un robo, etc. Apunté nombres, carnets y todo lo que pude: matrículas, marca del coche, porque tendría que ir a la policía desde allí huahAUHuaha
Fue entonces cuando el coche se paró definitivamente y le pregunté qué había pasado, me dijo que lo que hubiera pasado se había calentado y el coche ya no quería moverse, pero que ya había llamado a un amigo para que viniera a ayudarnos, así que nos quedamos los tres atrapados en medio de un viaducto, con varias maletas y el coche echando humo.
Hasta que paró otro taxista y vino a ayudarnos, pero a mitad de camino nos dimos cuenta, este no acepta tarjetas y ¿ahora qué? Sólo teníamos 20 dólares... faltaban otros 5 para completar el pago....
La felicidad de los pobres dura poco, ¿verdad? El tipo, un poco cabreado, nos dejó en el centro comercial de cualquier manera, ya que el cajero automático en el que habíamos parado y el único cercano ¡¡¡estaba estropeado!!!
Bueno, al final compras, comida, que con toda la confusión ya eran las 14h y habíamos comido a las 7h... y una foto más =D
Por el camino, encontramos un sitio de pan con queso, comimos en un japonés loco... y pasamos al siguiente lío.
Era hora de ir al aeropuerto, pero ¿y luego qué? No había cajero automático y se acabó el dinero...
Busquemos un taxi que acepte tarjetas... que delicia, otra hora esperando hauhauahuha TODOS los que pasaban no las aceptaban, hasta que llegó un ángel con una máquina vieja, de esas manuales y una de papel, y nos llevó, me torció toda la tarjeta pasándola, llegué al aeropuerto corriendo al 0800 de la tarjeta para bloquearla pensando que podría haber sido clonada, pero al final todo salió bien, er. al menos en cuanto a llegar al aeropuerto....
¿Y el embarque? ¡TODOS LOS VUELOS ESTÁN LLENOS! Es muy probable que te quedes en tierra y tengas que buscar otro hotel, otro taxi y coger dinero... vaya...
Pero esperemos, ¡quizás alguien se rinda! ¡Me pregunto!
De 16.00 a 21.00 horas estuvimos atrapados en el aeropuerto esperando la oportunidad de viajar, o no...
Entonces, 20 minutos antes de la salida del vuelo, la chica nos llamó y nos dijo que quedaban dos plazas en el vuelo y que íbamos a ir, ¡ya que éramos los primeros de la cola!
Pero la chica era dulce.
VAMOS, LLEGAS MUY TARDE, TIENES QUE DARTE PRISA, VAMOS, PONDRÉ A OTRO EN TU LUGAR, ¡ESTÁS TARDANDO DEMASIADO! PERDERÁS TU VUELO.
Pero no recuerda que fue ella quien tardó tanto en llamarnos... hunf...
Sin embargo, con el dinero escaso y todos los vuelos de la semana llenos, me alegré de embarcar y corrí como un loco por el aeropuerto...
Hasta que llegamos al destino final y todo salió bien, nos sentamos en nuestros asientos, nos sentamos juntos y fuimos felices y contentos, babeando durante el resto del viaje,...
Ya te contaré que estresante final hauhauhaa massssss, como se suele decir al final todo sale bien =p
¡Fin!
¡Y las vacaciones ya están aquí!
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